Recientemente se ha anunciado que el famoso archienemigo de Spiderman,
Venom, iba a tener una película propia donde podríamos ver en pantalla grande sus macabras aventuras.
El anuncio ha levantado muchísima polémica en todos lados y, en mi caso, me ha venido de perlas pues llevo un tiempo queriendo hacer una secuela espiritual del artículo del Joker centrada en este, mi personaje favorito. Pero antes démosle algo de contexto a la situación.
La primera parte de este personaje apareció por primera vez en el primer evento Marvel, las
Secret Wars de 1984, donde aparecía como una substancia viscosa que se pegó a trepamuros favorito del mundo del cómic, dando lugar a un nuevo traje negro lleno de frescura que pretendía jubilar al clásico de toda la vida. Con el tiempo se dio por sentado que era una criatura alienígena, un simbionte del espacio exterior, que pretendía influir y poseer al arácnido, volviéndole cada vez más agresivo y oscuro y sacando las peores cualidades del superhéroe. Finalmente, tras una dura batalla de voluntad con la bestia interior, consiguió deshacerse del demonio espacial y quedar libre.
Pero esta no fue la última vez que el extraterrestre apareció en los cómics, la criatura se unió a un humano que es casi como el reflejo oscuro de Peter Parker, un periodista incapaz de asumir sus propios errores y culpando Spiderman por sus propios fracasos.
Este hombre es
Eddie Brock, quién acabaría por convertirse en la versión más popular de un personaje que ha tenido demasiadas reinvenciones. A lo largo de toda la historia del medio tanto Eddie como su viscoso compañero pasaron por muchas etapas y ambos se han desarrollado mucho con otras versiones de sí mismos, pasando, tanto juntos como por separados, por etapas desde el espectro de la villanía al heroísmo más puro.
Pero centremonos en Eddie como Venom en sus primeras apariciones, quién es la versión más reconocible del icono. Esa etapa en la que era la peor pesadilla del héroe, el monstruo que se escondía debajo del lecho conyugal de Peter Parker y Mary Jane y siendo la mayor amenaza para la pareja. Y es que Venom tenia una ventaja respeto a los otros enemigos de Spiderman:
conocía todos los secretos del protagonista pues una parte de él estuvo en su mente. Y esto va desde el conocimiento de su identidad secreta e información de todos los seres queridos de la araña hasta sus habilidades de combate y memoria muscular.
Todo este conocimiento es usado para atormentarle, atacando tanto física como psicológicamente a Peter, haciéndole la vida imposible en todo posible y jugando con él como si de Hannibal Lecter se tratase. Ya en este momento, los fans empezaron a querer más y más del personaje, interesándose tanto por él que Marvel decidió explotar su éxito dándole miniseries propias donde su brújula moral se tambaleaba más hacía el "
anti-
héroe violento y radical" que el rol de nemesis que ya había arrebatado a villanos como el
Duende Verde (que ya llevaba bastantes añitos en la tumba de aquella) o el
Doctor Octopus.
Aquí ya nos vamos acercando a la pregunta que da nombre al artículo y que vamos a ir analizando punto por punto. El hecho de que un personaje surgido como villano acabe pasándose al otro bando gracias al gran apoyo y cariño de los aficionados no es nada nuevo, ahí están
Deadpool y
Punisher para atestiguarlo, pero en este caso se han escrito enormes bazofias que habrían sepultado al personaje en el cementerio de personajes malditos o se han tomado horribles decisiones creativas que a otros le habrían hecho desaparecer del mapa.
Entonces
¿por qué Venom sigue siendo tan popular hoy en día? Pues una de las razones puede ser su increíble capacidad de adaptación. Como ya he afirmado más arriba, a través de los años el simbionte alienígena ha conseguido sobrellevar los cambios increíblemente mejor que otros por esta capacidad. Cuando Spiderman necesitaba un nemesis que le pusiera al límite, surgió de las tinieblas para atemorizarlo hasta que en los 90 se pusieron de moda los anti-héroes oscuros y la peculiar forma de ver el mundo que tenía Brock pudo hacer de él un protagonista convincente. Años más tarde, cuando toda esta fiebre terminó se decidió dejarse de tonterías y devolver al archinemesis brutal que se necesitaba, con cambio de portador incluido, ¡
Y TAMBIÉN FUNCIONÓ!
La criatura puede pasar de huésped en huésped y tener un cambio de 180° perfectamente funcional en un estilo que recuerda al sistema de la regeneración que usa la serie de
Doctor Who para refrescar el elenco y cumplir nuevas cuotas de aventuras. Así ha podido pasar de estar metido en tráfico de drogas en una guerra de mafias en Nueva York a batallar por ser heredero de
Mephisto (Satanás en el Universo Marvel), con un diablo dentro incluido, a ser un miembro de los Guardianes de la Galaxia o incluso realizar operaciones como agente secreto como si de James Bond se tratase.
Este tiene que ser un factor esencial para aclarar cómo es que un personaje como este ha conseguido quedarse en la retina de los lectores (y de los espectadores de las series animadas) pero yo, personalmente, no creo que sea el único. No, la capacidad de reinventarse es una característica elemental pero de ninguna manera es la central. No es la moraleja del personaje, no es su historia.
No, el verdadero centro de Venom es la adicción. En el fondo, el simbionte no deja de ser una muy buena metáfora de las drogas (o otros vicios) y como te destrozan por dentro. Spiderman pudo apartar esa sensación de poder pues sabía que le haría daño a él y a todos sus seres queridos, algo que Eddie Brock, su contrapartida negativa, no pudo ver y acabó hundiéndose en el fango a causa de sus deseos de poder y venganza. Esto hizo que degenerada tanto física como mentalmente acabando por convertirse en más monstruo que hombre. Este es un proceso que ocurre con todos los siguientes anfitriones humanos del ser, siendo bastante patente en el hecho de que a medida que portan el traje, el simbionte les va consumiendo y acaban siendo un atajo de monstruos caníbales con menos consciencia propia y esclavos de su adicción. Pero si hay un protagonista que haya ejemplificado más esto que esa es su última encarnación conocida:
Flash Thompson.
Flash es un personaje con mucha oscuridad dentro de él, de pequeño tuvo la desgracia de ser víctima de las constantes palizas de su padre, un alcohólico que no se dejaba ayudar y volcaba su ira en sus hijos, cosa que Flash perpetuó en sus compañeros de instituto. La vida le llevó a la guerra donde quedó traumatizado, volviendo a casa bastante tocado e intentando hacer las paces con su pasado como "bully". Pero la vida no siempre es fácil, todos sus traumas y culpas le llevaron a caer en la botella igual que su padre antes que él. Y por si fuera poco cuando logró salir de esto e incorporarse en el ejército, perdió sus piernas salvando a dos compañeros.
Todo esto le hacía el candidato ideal para ser la decisión editorial de Marvel para ser la nueva versión oscura de la araña. A raíz de todas sus aventuras Flash trata con todos sus problemas y más importante aún, resistirse al simbionte y la verdad, él, por mucho que lo niegue y se autoengañe, quiere el simbionte.
Y para no quererlo, la complejidad del asunto reside en que Flash solo puede andar con el simbionte en su posesión y claro, la diferencia entre tener piernas o no es abismal y la duda es si merece la pena es pactar con ese diablo negro que quiere su alma, si no es que ya la ha conseguido.
El personaje, a lo largo de su historia, también tiene una cantidad bastante grande de pequeños temas con los que trata en cada historia, sobre todo relacionados a conflictos de moral en los que Spiderman debe parar al villano antes de que cruce la línea y castigue de sobremanera a los rivales. Pero más que esto (y obviando a la adicción), se centran en las emociones, sobre todo el
odio. Un odio que llega a los topes de la irracionalidad que puede ir dirigido hacía Spiderman, hacía si mismo o cualquier persona que pueda estar resultando antagónica a su, a menudo, extrema postura. Así que pese a que el personaje tiene mucho de alien en su aspecto, tiene bastante de humanidad en el interior (¿quién no ha odiado profundamente a alguien en algún momento dado?) y puede resultar identificable por esa misma razón.
Así que...tenemos el hecho de que:
1) Es un personaje con una habilidad de cambio sencillamente brutal.
2) La metáfora del simbionte como vicio o droga es realmente dura y bastante bien tratada.
3) El tema del odio y otros subtemas pueden hacer identificar a varios lectores.
Estaría todo bien pero...Falta algo.
Os contaré mi
historia personal con el personaje. La primera vez que le conocí fue en una tienda de juguetes muy de niño. A esa edad a mi ya me gustaba Spiderman pero aparte de conocer a los villanos de las películas o tener una ligera idea de que el héroe era el ser más puro al que debemos tomar como ejemplo a seguir, no sabía mucho de su mitología. Entré en la tienda para buscar algo para mí hermanito, algún peluche para colocar en su cuna de recién nacido. Entonces, entre las estanterías, le vi. Una caja con una figura tanto de Spiderman como de su villano estrella. El diseño entonces me impactó, ya en ese momento me transmitió un montón de información solo con verlo.
El alien es todo lo contrario del héroe, si en ese entonces a Spiderman lo suponía como el mayor héroe de todos, siempre amable, bueno y simpático, entonces esta retorcida criatura que se asemeja ligeramente a él, como riéndose simplemente con su aspecto, debía ser el ejemplo de todo lo que está mal en el mundo. Alguien egoísta, sin responsabilidad, cruel, radical y sin mucha empatía. Algo que después puedes ver que cumple a la perfección en los cómics. Así, este logro de narrativa visual consigue hablar de cómo es el villano sin una palabra y funcionar perfectamente como carta de invitación fantástica para conocer algo más de él, tanto viendo las series animadas (que lo han retratado bastante bien en su mayoría de apariciones) o cómics para conocer toda la extensa historia de la que yo he conseguido resumir una ínfima parte.
A final podemos quedarnos con que, como en el amor, todo lo superficial te entra por los ojos y ya después te quedas al ver lo increíble que es su contenido. Y un personaje como este tiene suficiente complejidad y suficientes formas distintas con las que puedes encariñarte (y más que habrá en el futuro) hace que las historias de superhéroes, sean contadas donde sean, funcionen como un desfile de creatividad e imaginación enorme.
Ahora, Venom vive uno de sus mejores momentos desde su creación, con el personaje siendo colocado cada vez más en primera fila en el mundillo. Sin duda son tiempos gloriosos para Eddie y simbi pero, con todo lo que está planeado para él en el futuro podemos afirmar que lo mejor incluso está llegar.