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lunes, 27 de marzo de 2017

Logan

¿Qué significa ser un héroe? Según los griegos, era aquel que hacía cosas asombrosas por las que era recordado por siempre. Según los medievales, era aquel que luchaba por unos ideales de justicia sin importarle el reconocimiento. Según nosotros, es aquel que se sacrifica por los más débiles cuando nadie más está ahí para hacerlo. Pero, curiosamente, casi nunca nos hemos planteado este concepto de héroe en el cine. Bien, pues del legado, de la justicia y del sacrificio, de eso es de lo que trata Logan.

La despedida de Hugh Jackman del papel no ha podido ser más satisfactoria y, aunque llegue un poco tarde, vamos a analizar la brillante conclusión de este viaje que ha durado ya 17 años.

La historia empieza con nuestro protagonista, Logan, haciendo de chofer. El pobre Logan está destrozado, ya no queda nada de ese Lobezno juvenil que era una máquina de matar gente. No, ahora tenemos a un tipo normal, que evita como buenamente puede que su último amigo, Charles Xavier (Patrick Stewart), mate a toda la humanidad con su poder mental, afectado ahora por una enfermedad. Pero su vida da un giro cuando una mujer le pide que cuide de una niña, Laura (Dafne Keen), que salvó de un laboratorio en el que hacían experimentos. Sin embargo, resulta que a esta niña la persigue un ejército de agentes con brazos mecánicos y su única salvación es llegar a un sitio en la otra punta del país donde poder refugiarse.

Lo primero que llama la atención de esta película es que no hay mutantes. Literalmente, la película indica que no queda ninguno, que todos han muerto por unas causas, que Logan y Xavier son los últimos. Esto es muy fuerte. Significa que Cíclope, Tormenta, Kitty, Bobby, Magneto, Jean, Bestia, Pícara… Todos han fallecido.

Están solos: Charles, Logan y Laura están solos. Pero es que además la película nos presenta los cómics de los X-men como si fueran una versión de lo que pasó en la realidad, historias hechas a partir de su historia, un legado con el que Logan no está de acuerdo. Y es que este es el tema principal de la película, si Logan está dispuesto a asumir su papel como héroe cuando la situación lo precise, si podrá hacer honor a las historias que han escrito sobre él, si podrá luchar por la justicia, si, en lugar de ser un simple animal, podrá salvar a alguien de ese destino.

Y en cuanto a los personajes, la verdad es que son más interesantes de lo que esperaba. Le han dado protagonismo al Doctor X, cosa que jamás hubiera imaginado, pero es que además es importante e incluso crucial para la película. Laura está muy bien actuada y muy bien pensada y el villano, oh Dios como amo al villano.

Pero lo que más me sorprendió, con diferencia, ha sido la relación entre nuestros protagonistas. Y es que estos tres son una cucada.

Su relación pasivo-agresiva es fantástica. Al principio pensaba que sería a lo The last of us, un señor gruñón y una niña dulce. Y sin embrago rompe con esto muy bien. Logan es un salvaje que ha aprendido a ser tranquilo y paciente, Laura es un animal instintivo que nunca ha visto el mundo exterior y se pone en guardia por cualquier cosa y mientras está Charles en medio para apaciguarlos y evitar que se maten entre ellos.
Y no se me ocurre que más decir, a lo mejor parece que he esquivado las cosas malas, como que hay demasiadas peleas para lo que el filme quiere transmitir, demasiada violencia; pero es que me parecen errores menores al ver el precioso conjunto. Esta es la mejor despedida que Jackman podría desear para el personaje, tierna, emocionante e intensa.

En el cine ha habido muchos Spiderman, muchos Batman, muchos Superman; pero para mí, hoy y siempre, solo habrá un Lobezno, así que me despido. Ha sido un placer ver tus aventuras James Howlett, espero que algún día llegue alguien que sienta tanto cariño hacia un personaje como lo ha sentido Hugh hacia Logan.
Arcalaus

domingo, 26 de marzo de 2017

La Pereza de OVERWATCH


Han pasado 10 meses desde el lanzamiento de Overwatch, el tan popular juego de Blizzard, el caso es que esta popularidad no se la ha ganado el juego en sí mismo, no ha sido gracias a la jugabilidad, ni al modo historia (que no tiene), ni a la diversión que pueda ofrecer, esta popularidad se la ha ganado gracias a de lo que carece, literalmente. 40 euros por menos de 20 personajes y unos cochinos mapas que se repiten día sí día también, cuando Mobas gratuitos como Paragon, de Epic Games, se hartan a sacar nuevos personajes y contenido, incluso el LoL; en lo que llevo sin jugar, algo así como medio año, han sacado dos héroes y remodelado unos cuantos más, sumando las muchísimas skins para personalizar al campeón que quieras, y reitero: League of Legends y Paragon son gratuitos.



Entonces, ¿nos están tomando el pelo? Joder si nos lo están tomando, casi un año y no han hecho nada por el juego, que es divertido y todo lo que uno quiera, pero esto es lamentable por parte de Blizzard. Toda esta situación me recuerda al Street Fighter V... y eso no es bueno.

Si de algo se caracteriza Blizzard es de ser unos saca-cuartos de miedo, pero aún así es nuestra culpa, como borregos aceptamos este trato, bastante estúpido defender a Blizzard en lo indefendible.
Sé que este discurso lo han repetido hasta la saciedad cuatro gatos que ni se esperaron al lanzamiento del juego, ahí estuvo su fallo, en cambio, yo puedo decir, después de casi un año, que estaban en lo cierto, y ahora es cuando se puede protestar, el momento en el que vemos, una vez más, la esencia de Blizzard.


¿Y qué pasa con el juego? Pues me gusta, una cosa no quita la otra, es bastante divertido y desenfrenado, pero otras frustrante y repetitivo, algo que no pasaría si hubiese más variedad de personajes y mapas.

Esto es lo que os vais a encontrar en todas las partidas


En definitiva, gran potencial mal explotado, y sí, sé que este artículo parece vago y sin fundamento, pero he recibido muchas presiones para que escribiese algo (incluso han secuestrado a mi familia), ergo aquí está el artículo trimestral.


sábado, 18 de marzo de 2017

¿Por qué Venom es tan popular?


Recientemente se ha anunciado que el famoso archienemigo de Spiderman, Venom, iba a tener una película propia donde podríamos ver en pantalla grande sus macabras aventuras.
El anuncio ha levantado muchísima polémica en todos lados y, en mi caso, me ha venido de perlas pues llevo un tiempo queriendo hacer una secuela espiritual del artículo del Joker centrada en este, mi personaje favorito. Pero antes démosle algo de contexto a la situación.
La primera parte de este personaje apareció por primera vez en el primer evento Marvel, las Secret Wars de 1984, donde aparecía como una substancia viscosa que se pegó a trepamuros favorito del mundo del cómic, dando lugar a un nuevo traje negro lleno de frescura que pretendía jubilar al clásico de toda la vida. Con el tiempo se dio por sentado que era una criatura alienígena, un simbionte del espacio exterior, que pretendía influir y poseer al arácnido, volviéndole cada vez más agresivo y oscuro y sacando las peores cualidades del superhéroe. Finalmente, tras una dura batalla de voluntad con la bestia interior, consiguió deshacerse del demonio espacial y quedar libre.
Pero esta no fue la última vez que el extraterrestre apareció en los cómics, la criatura se unió a un humano que es casi como el reflejo oscuro de Peter Parker, un periodista incapaz de asumir sus propios errores y culpando​ Spiderman por sus propios fracasos.
Este hombre es Eddie Brock, quién acabaría por convertirse en la versión más popular de un personaje que ha tenido demasiadas reinvenciones. A lo largo de toda la historia del medio tanto Eddie como su viscoso compañero pasaron por muchas etapas y ambos se han desarrollado mucho con otras versiones de sí mismos, pasando, tanto juntos como por separados, por etapas desde el espectro de la villanía al heroísmo más puro.


Pero centremonos en Eddie como Venom en sus primeras apariciones, quién es la versión más reconocible del icono. Esa etapa en la que era la peor pesadilla del héroe, el monstruo que se escondía debajo del lecho conyugal de Peter Parker y Mary Jane y siendo la mayor amenaza para la pareja. Y es que Venom tenia una ventaja respeto a los otros enemigos de Spiderman: conocía todos los secretos del protagonista pues una parte de él estuvo en su mente. Y esto va desde el conocimiento de su identidad secreta e información de todos los seres queridos de la araña hasta sus habilidades de combate y memoria muscular.
Todo este conocimiento es usado para atormentarle, atacando tanto física como psicológicamente a Peter, haciéndole la vida imposible en todo posible y jugando con él como si de Hannibal Lecter se tratase. Ya en este momento, los fans empezaron a querer más y más del personaje, interesándose tanto por él que Marvel decidió explotar su éxito dándole miniseries propias donde su brújula moral se tambaleaba más hacía el "anti-héroe violento y radical" que el rol de nemesis que ya había arrebatado a villanos como el Duende Verde (que ya llevaba bastantes añitos en la tumba de aquella) o el Doctor Octopus.
Aquí ya nos vamos acercando a la pregunta que da nombre al artículo y que vamos a ir analizando punto por punto. El hecho de que un personaje surgido como villano acabe pasándose al otro bando gracias al gran apoyo y cariño de los aficionados no es nada nuevo, ahí están Deadpool y Punisher para atestiguarlo, pero en este caso se han escrito enormes bazofias que habrían sepultado al personaje en el cementerio de personajes malditos o se han tomado horribles decisiones creativas que a otros le habrían hecho desaparecer del mapa.
Entonces ¿por qué Venom sigue siendo tan popular hoy en día? Pues una de las razones puede ser su increíble capacidad de adaptación. Como ya he afirmado más arriba, a través de los años el simbionte alienígena ha conseguido sobrellevar los cambios increíblemente mejor que otros por esta capacidad. Cuando Spiderman necesitaba un nemesis que le pusiera al límite, surgió de las tinieblas para atemorizarlo hasta que en los 90 se pusieron de moda los anti-héroes oscuros y la peculiar forma de ver el mundo que tenía Brock pudo hacer de él un protagonista convincente. Años más tarde, cuando toda esta fiebre terminó se decidió dejarse de tonterías y devolver al archinemesis brutal que se necesitaba, con cambio de portador incluido, ¡Y TAMBIÉN FUNCIONÓ!
La criatura puede pasar de huésped en huésped y tener un cambio de 180° perfectamente funcional en un estilo que recuerda al sistema de la regeneración que usa la serie de Doctor Who para refrescar el elenco y cumplir nuevas cuotas de aventuras. Así ha podido pasar de estar metido en tráfico de drogas en una guerra de mafias en Nueva York a batallar por ser heredero de Mephisto (Satanás en el Universo Marvel), con un diablo dentro incluido, a ser un miembro de los Guardianes de la Galaxia o incluso realizar operaciones como agente secreto como si de James Bond se tratase.


Este tiene que ser un factor esencial para aclarar cómo es que un personaje como este ha conseguido quedarse en la retina de los lectores (y de los espectadores de las series animadas) pero yo, personalmente, no creo que sea el único. No, la capacidad de reinventarse es una característica elemental pero de ninguna manera es la central. No es la moraleja del personaje, no es su historia.
No, el verdadero centro de Venom es la adicción. En el fondo, el simbionte no deja de ser una muy buena metáfora de las drogas (o otros vicios) y como te destrozan por dentro. Spiderman pudo apartar esa sensación de poder pues sabía que le haría daño a él y a todos sus seres queridos, algo que Eddie Brock, su contrapartida negativa, no pudo ver y acabó hundiéndose en el fango a causa de sus deseos de poder y venganza. Esto hizo que degenerada tanto física como mentalmente acabando por convertirse en más monstruo que hombre. Este es un proceso que ocurre con todos los siguientes anfitriones humanos del ser, siendo bastante patente en el hecho de que a medida que portan el traje, el simbionte les va consumiendo y acaban siendo un atajo de monstruos caníbales con menos consciencia  propia y esclavos de su adicción. Pero si hay un protagonista que haya ejemplificado más esto que esa es su última encarnación conocida: Flash Thompson.


Flash es un personaje con mucha oscuridad dentro de él, de pequeño tuvo la desgracia de ser víctima de las constantes palizas de su padre, un alcohólico que no se dejaba ayudar y volcaba su ira en sus hijos, cosa que Flash perpetuó en sus compañeros de instituto. La vida le llevó a la guerra donde quedó traumatizado, volviendo a casa bastante tocado e intentando hacer las paces con su pasado como "bully". Pero la vida no siempre es fácil, todos sus traumas y culpas le llevaron a caer en la botella igual que su padre antes que él. Y por si fuera poco cuando logró salir de esto e incorporarse en el ejército, perdió sus piernas salvando a dos compañeros.
Todo esto le hacía el candidato ideal para ser la decisión editorial de Marvel para ser la nueva versión oscura de la araña. A raíz de todas sus aventuras Flash trata con todos sus problemas y más importante aún, resistirse al simbionte y la verdad, él, por mucho que lo niegue y se autoengañe, quiere el simbionte.
Y para no quererlo, la complejidad del asunto reside en que Flash solo puede andar con el simbionte en su posesión y claro, la diferencia entre tener piernas o no es abismal y la duda es si merece la pena es pactar con ese diablo negro que quiere su alma, si no es que ya la ha conseguido.
El personaje, a lo largo de su historia, también tiene una cantidad bastante grande de pequeños temas con los que trata en cada historia, sobre todo relacionados a conflictos de moral en los que Spiderman debe parar al villano antes de que cruce la línea y castigue de sobremanera a los rivales. Pero más que esto (y obviando a la adicción), se centran en las emociones, sobre todo el odio. Un odio que llega a los topes de la irracionalidad que puede ir dirigido hacía Spiderman, hacía si mismo o cualquier persona que pueda estar resultando antagónica a su, a menudo, extrema postura. Así que pese a que el personaje tiene mucho de alien en su aspecto, tiene bastante de humanidad en el interior (¿quién no ha odiado profundamente a alguien en algún momento dado?) y puede resultar identificable por esa misma razón.
Así que...tenemos el hecho de que:
1) Es un personaje con una habilidad de cambio sencillamente brutal.
2) La metáfora del simbionte como vicio o droga es realmente dura y bastante bien tratada.
3) El tema del odio y otros subtemas pueden hacer identificar a varios lectores.
Estaría todo bien pero...Falta algo.


Os contaré mi historia personal con el personaje. La primera vez que le conocí fue en una tienda de juguetes muy de niño. A esa edad a mi ya me gustaba Spiderman pero aparte de conocer a los villanos de las películas o tener una ligera idea de que el héroe era el ser más puro al que debemos tomar como ejemplo a seguir, no sabía mucho de su mitología. Entré en la tienda para buscar algo para mí hermanito, algún peluche para colocar en su  cuna de recién nacido. Entonces, entre las estanterías, le vi. Una caja con una figura tanto de Spiderman como de su villano estrella. El diseño entonces me impactó, ya en ese momento me transmitió un montón de información solo con verlo.
El alien es todo lo contrario del héroe, si en ese entonces a Spiderman lo suponía como el mayor héroe de todos, siempre amable, bueno y simpático, entonces esta retorcida criatura que se asemeja ligeramente a él, como riéndose simplemente con su aspecto, debía ser el ejemplo de todo lo que está mal en el mundo. Alguien egoísta, sin responsabilidad, cruel, radical y sin mucha empatía. Algo que después puedes ver que cumple a la perfección en los cómics. Así, este logro de narrativa visual consigue hablar de cómo es el villano sin una palabra y funcionar perfectamente como carta de invitación fantástica para conocer algo más de él, tanto viendo las series animadas (que lo han retratado bastante bien en su mayoría de apariciones) o cómics para conocer toda la extensa historia de la que yo he conseguido resumir una ínfima parte.
A final podemos quedarnos con que, como en el amor, todo lo superficial te entra por los ojos y ya después te quedas al ver lo increíble que es su contenido. Y un personaje como este tiene suficiente complejidad y suficientes formas distintas con las que puedes encariñarte (y más que habrá en el futuro) hace que las historias de superhéroes, sean contadas donde sean, funcionen como un desfile de creatividad e imaginación enorme.
Ahora, Venom vive uno de sus mejores momentos desde su creación, con el personaje siendo colocado cada vez más en primera fila en el mundillo. Sin duda son tiempos gloriosos para Eddie y simbi pero, con todo lo que está planeado para él en el futuro podemos afirmar que lo mejor incluso está llegar.


miércoles, 1 de marzo de 2017

La ciudad de las estrellas-La La Land [Análisis]


Voy a admitirlo, cuando entré en la sala del cine lo hice con miedo. Miedo a que acabase resultando una pastelada sin remedio o que la película se disolviese a si misma entre tanto espectáculo musical del que tanto se alardeaba.
Tampoco ayudó mucho que los primeros minutos parecían estar ahí simplemente para hacer alarde de lo bonita y espectacular iba a ser el resto del trayecto y que pudiesen ser omitidos perfectamente y la calidad del producto no bajaría ni una pizca (puede que aumentase incluso).
Pero es que esta amarga sensación que me recorrió el cuerpo al comienzo (bastante similar a una patada en los c*****s) fue diluyéndose cada vez más a lo largo que avanzaba el film hasta que, al acabar el viaje, lo único que quedase fuese una sonrisa en mis labios.
Ya habéis podido comprobar como he usado varias veces variaciones de la palabra espectáculo en este artículo pero es que a decir verdad esa es la palabra que creo que define mejor a la película. A cada momento que pasa desde que se ha podido vislumbrar un número musical, tu estas ansioso por recibir otro más pero a la vez siempre pendiente de la trama y hacia donde te va a llevar, nunca haciéndote esperar demasiado pero manteniéndote constante en la película.
Son estos ritmos tan bien medidos los que hacen que puedas acercarte a los protagonistas y experimentar junto a ellos todas las enormes emociones que comunica la película. Estas emociones no podrían haberse trasmitido desde la pantalla sin todo el desarrollo que muestran los actores protagonistas durante todo el transcurso de la obra.


Y dentro de la pareja protagonista me parece más destacable hablar de la actuación de Emma Stone. Y es que la actriz eclipsa todo el escenario, es verdaderamente  impresionante la capacidad de la señorita Stone para conseguir cautivar tanto al espectador. Cada gesto o mueca que pone se siente completamente natural y es que, de verdad, creo que la película no sería lo mismo sin ella.
Ryan Gosling  también hace un trabajo fantástico a la hora de interpretar al personaje pero no hace el mismo efecto que su compañera y podría haber sido sustituido fácilmente y la película habría seguido teniendo esa fuerza.
El tercer gran protagonista es, indiscutiblemente, la música.
Ésta inunda e impregna con su aroma todo el ambiente. Quizás peca de repetitiva en algunos puntos, con una sobreexplotación de City of Stars en varios puntos o colocación de melodías que se ven innecesarias en varios segmentos. Parece como si en algún momento se les acabase el presupuesto y queda la sensación de que la película, como conjunto, está incompleta.


Quizás esta sensación de hubiese apaciguado con un número potente que se convierta en sinónimo de la película (cosa a la que la ya mencionada City of Stars aspira pero tristemente se queda a medias).
Donde este apartado consigue redimirse es, curiosamente, cuando elimina la letra de la ecuación y consigue enamorarte con sus increíbles coreografías y la la melodía que consigue hacerte participe de las asombrosas imágenes que pasan ante tus ojos. Una mención especial al final, que capta más que nunca lo que intento expresar con palabras. Cine en estado puro.
Es más, tal es la presencia del cine en toda la película que se llega a abusar un poco del factor nostalgia de los anos dorados de Hollywood. Esto crea un ligero conflicto; al querer homenajear y tocar la fibra sensible del espectador, no consigue dar tanto énfasis a la obvia intención de querer plasmar el Hollywood de ahora. Es como un adolescente, ya está alejado de un niño pero no llega a ser adulto y mostrar todo lo que tienen que mostrar.
Aún pese a todo, La La Land al final de todo es una película sobre el amor. No solo el dulce y pasional amor que puede surgir entre dos personas, si no también el amor hacía el cine, la danza y la música pero sobre todo el hecho de amar en si. En recordar el amor del pasado con una sonrisa pero sin dejar de amar por ello a lo que tienes ahora.
En mi opinión, aunque no es una película perfecta y no alcance todo el potencial que pudo alcanzar, el mensaje que da es tan bonito y profundo que estoy seguro de que nadie debería perderse la oportunidad de apreciarlo.